Por muchos años, los estudiantes de la escuela Jesús Sánchez Erazo, de Bayamón, vieron a Héctor Delgado, entonces llamado “El Father”, cantar temas de alto contenido banal, utilizar costosas y llamativas joyas y regalar grandes cantidades de dinero en sus conciertos. Pero ayer los 672 jóvenes lo conocieron en persona y transformado.Tras ser invitado por la trabajadora social de la escuela, Waleska Nieves, el cantante llegó al plantel a contarle su testimonio a los estudiantes de séptimo a noveno grado.
La intensidad que usaba el artista para cantar sus canciones, en esta ocasión la usó para leer el capítulo 15 de Juan: “Los que están separados de Cristo nada pueden hacer”, enfatizó.Delgado se dirigió a los muchachos con un lenguaje directo para presentarles casos específicos. Estos eran vivencias propias o situaciones que habían ocurrido recientemente en el País, como los estremecedores casos de asesinatos, la alarmante cantidad de suicidios y la crisis económica.“Les aconsejo que lean la Biblia. Mateo 24 les va a decir todo lo que está pasando en el mundo ahora, está escrito allí con exactitud. Se van a sorprender, al igual que yo, porque eso fue escrito hace miles de años. El tiempo se está acabando”, afirmó.El intérprete incluso aceptó que debido a no haber leído anteriormente el libro sagrado, ahora estaba pagando las consecuencias, ya que además de cometer muchos errores, también confió en personas en que no debió hacerlo.Con su tema “Si me tocaras” de fondo, el cantante invitó a los estudiantes a que pasaran al frente si querían convertirse al cristianismo.Según fue pasando el tiempo y el artista continuó con su predicación, chicas y chicos fueron acercándose a él, llegando a 150 aproximadamente. La emoción fue apoderándose de muchos y lo manifestaron con lágrimas o confundiéndose en un abrazo con sus compañeros.Francisco Colón, de octavo grado, fue uno de los conmovidos por las palabras del artista.“Me hizo reflexionar mucho cuando dijo que sin Dios no podemos hacer nada”, señaló el joven de 13 años, quien fue consolado por el propio Delgado.
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